Desde antes de que aparecieran en el escenario mundial los famosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el sector construcción y de desarrollo inmobiliario trabajaba ya en la integración de mejores prácticas para gestionar el impacto ambiental de su actividad económica.

Luego, la Agenda 2030 evidenció aún más la enorme responsabilidad de esta industria que cumple un rol fundamental para el desarrollo de ciudades sostenibles y la edificación de infraestructura resiliente y adaptada al cambio climático, en alineamiento con el ODS número 11.

Precisamente, la adaptación al cambio climático a través de mejoras operativas y técnicas en todo el ciclo de vida de la construcción resulta un tema de vital importancia pues reduce las vulnerabilidades de la población ante los embates de los desastres naturales.

Eso incluye la integración de las energías renovables en la construcción para una mayor eficiencia energética de los edificios.  Al respecto, nuestro director general, Daniel Rojas, fue entrevistado por la Revista Inversión Inmobiliaria, hace unas semanas.

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Aumento del interés por la construcción sostenible a nivel global

Podría considerarse un fenómeno parecido a cuándo se impulsó la adopción de normas antisísmicas en la construcción de edificaciones nacionales. Sólo que ahora contempla la preocupación global ante sequías y olas de calor, inundaciones y otros cambios en los patrones de precipitación, el incremento en el nivel del mar, erosión del suelo, y el aumento de la aridez de los océanos, entre otros efectos previstos por la NASA.

Esto es extremadamente relevante si tomamos en consideración que, en la actualidad, las ciudades albergan a 4500 millones de personas y se prevé que crezcan casi un 50 % de aquí a 2050, de acuerdo con datos de Naciones Unidas. Para la ONU, las ciudades “son motores del crecimiento y la innovación, que generan el 80 % del PIB mundial, aunque también producen el 70 % de las emisiones globales de carbono”.

En ese contexto, un edificio sostenible es, según el Green Building Council Costa Rica, “uno que, en su diseño, construcción u operación, reduce o elimina los impactos negativos y crea impactos positivos, en nuestro clima y ambiente”.

Es decir, la construcción sostenible puede entenderse como un esfuerzo de los inversionistas inmobiliarios y las empresas desarrolladoras por aportar a la adaptación de las nuevas sociedades ante la crisis climática global.

Este impulso también se da en atención a los nuevos estándares internacionales y certificaciones (LEED, EDGE y RESET; DGNB de Alemania, VERDE de España, Casa Activa de origen danés y el Sistema de evaluación integral para la eficiencia del entorno construido de Japón, entre otros).

Precisamente, Costa Rica registraba, antes de la pandemia, en promedio un aumento en construcciones sostenibles del 25% por año en lo que se refiere a metros cuadrados certificados. Así se dio a conocer en el marco del Congreso Internacional de Ciudades Sostenibles 2022 realizado en el país este año.

Con el auge de la construcción sostenible, se incentiva el uso eficiente de los recursos naturales como el agua, la adopción de medidas para la reducción de la contaminación y los desechos de construcción, una gestión adecuada de los residuos, y la selección de materiales de origen ético, reciclados o menos contaminantes.

También se opta por la reutilización y reciclaje de los materiales, bajo un enfoque de circularidad; el aprovechamiento de la iluminación y la ventilación natural, un diseño eficiente de la luz artificial, el adecuado aislamiento térmico y acústico. Y destaca el aprovechamiento de las fuentes renovables con especial énfasis en el uso de paneles solares fotovoltaicos y otras tecnologías.

Energía solar para autoconsumo, un factor esencial en la construcción sostenible de Costa Rica

En el marco de la construcción sostenible, un sistema de energía solar fotovoltaica resulta una pieza clave pues es diseñado a medida del edificio, considerando los usos que tendrá allí la electricidad, el nivel de consumo y los horarios de mayor demanda.

Para Daniel Rojas, director de Avolta Energy, la energía solar fotovoltaica es un medio accesible y asequible para lograr construcciones sostenibles, en armonía con el ambiente, y hasta autosuficientes energéticamente, reduciendo el impacto ambiental de los edificios comerciales o residenciales de cualquier tamaño. Como referencia, los proyectos de Avolta Energy en Costa Rica permiten mitigar anualmente más de 330 toneladas de , al generar aproximadamente 760 MWh al mes, lo que equivale al consumo promedio de 2600 hogares.

Un Sistema Solar Fotovoltaico puede ser considerado desde la etapa de diseño para garantizar una integración en balance con la arquitectura del edificio. Aunque también puede ser construido cuando el edificio ya está en funcionamiento, cuidando la estética e interactuando de forma orgánica con la naturaleza.

Otras de las ventajas de optar por paneles solares como elemento diferenciador de una construcción sostenible es el beneficio económico; un factor fundamental para los inversionistas o propietarios de edificios. Los paneles tienen una vida útil de 30 años, con un plazo para recuperación de la inversión de 5 años, en promedio. Eso significa que la empresa que invierta en un sistema solar fotovoltaico en Costa Rica puede obtener energía gratis por 25 años, pero generando ahorros considerables en su facturación eléctrica desde el primer mes.

Por estas razones, cada vez son más los desarrolladores inmobiliarios y las empresas constructoras que optan por realizar inversiones verdes e incluyen un sistema solar fotovoltaico en sus proyectos.

No obstante, el Manual de Construcción Sostenible de la Cámara de la Construcción recomienda considerar varios criterios antes de decidir con qué empresa adquirir el sistema de paneles solares. Entre ellos, el currículo de la empresa y su respaldo para los equipos, las certificaciones de calidad del equipo y una instalación que garantice la preservación del sistema a lo largo del tiempo.

De acuerdo con Daniel Rojas de Avolta Energy, las empresas de energía solar son aliadas estratégicas del sector constructivo, porque buscan lo mismo: una mayor eficiencia, sostenibilidad y autosuficiencia de las edificaciones, así como una mejor integración del proyecto inmobiliario con su entorno. Contáctenos si desea más información.

*Este material se publicó originalmente – con algunos cambios – en la Revista Inversión Inmobiliaria el 14 de octubre de 2022.

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